Antes de redactar el currículo: lo primero es tener claro a dónde apuntar, cuál es el sector que nos interesa y cuál es el puesto que deseamos cubrir dentro de ese sector. El currículo debe redactarse enfocando el objetivo que deseamos perseguir.
Redactar un currículo tipo y enviarlo indiscriminadamente a empresas de diferentes sectores para puestos de trabajo que nada tienen que ver unos con otros es un error que cometemos con frecuencia. Lo aconsejable es adaptar nuestro currículo al puesto al que se desee acceder, haciendo hincapié en las áreas de conocimiento o experiencia profesional que más se adapten al puesto solicitado. Si se han cursado asignaturas optativas en la carrera que se relacionen con el puesto también puede ser interesante incluirlas.
Es indispensable además redactar una carta de presentación, realizando una específica para cada puesto al que se quiera optar, con un esquema como el que sigue: en primer lugar, un comentario sobre la empresa a la que nos dirigimos y los conocimientos o que se tengan sobre ella; a continuación, una reflexión sobre uno mismo y sobre lo que pensamos que podemos aportar a la empresa, pidiendo en último lugar concertar una entrevista.
El currículo debe ser breve, dos folios como máximo, y se debe procurar que sea lo más esquemático posible y ser muy cuidadoso con el aspecto y la estética, pues debe motivar a su lectura: debe ser sencillo, fácil de leer, con los márgenes adecuados y poniendo el máximo cuidado en la redacción y obviamente en la ortografía.
El esquema suele iniciarse con la experiencia profesional, apartado en el que se pueden incluir, además de los puestos específicos, otras experiencias como voluntariados o prácticas no remuneradas. A continuación se incluiría el apartado de formación académica, obviándose la primaria y secundaria pero especificando las especialidades que se hayan cursado (optativas en la licenciatura, seminarios seguidos, etc.). El tercer apartado sería el de idiomas, si efectivamente se tienen; si el nivel que se posee es muy bajo es mejor omitir este apartado. Los siguientes apartados varían en función del perfil del candidato, aunque si no se tienen muchas otras cuestiones que merezcan un apartado propio (premios, publicaciones) se pueden agrupar en un apartado de “otros datos de interés”, teniendo claro que sólo deben incluirse datos que tengan alguna utilidad para el puesto que se solicita.
El modelo tradicional de currículo y el más extendido es el que se elabora en orden cronológico inverso, incluyendo en primer lugar el último puesto de trabajo que se ha desempeñado y finalizando con la primera empresa o las primeras prácticas realizadas. En el apartado de educación procederemos del mismo modo, omitiendo información excesiva, obvia o que no aporte ningún dato interesante para el entrevistador (si por ejemplo se hace constar que se ha obtenido una licenciatura, es obvio que previamente se ha cursado el bachillerato o los estudios equivalentes que han dado acceso a dichos estudios universitarios; no es necesario incluirlos en el currículo a no ser que proporcionen información aprovechable para la empresa seleccionadora, como por ejemplo que se hayan llevado a cabo en otro país, y en todo caso se incluirían en el apartado adecuado para ello, el referente a idiomas en nuestro ejemplo).
Este orden cronológico es el más extendido en la práctica de redactar los currículos, y puede ser de utilidad para las personas que han tenido una vida laboral ininterrumpida en el tiempo y siempre en el mismo sector, con una progresión profesional en puesto y funciones. Si por el contrario has permanecido algunos periodos sin trabajar, has cambiado frecuentemente de empleo o el sector al que te estás dirigiendo supone un cambio radical en relación con tus anteriores puestos, quizá sea más de utilizad el currículo funcional, pero también puede indicarse en primer lugar lo que esté relacionado con el puesto de trabajo al que se desee acceder. De este modo no es tan importante indicar con absoluta exactitud la fecha de inicio y fin de todo, como centrarse en transmitir con claridad otros aspectos como las funciones que se han llevado a cabo, los conocimientos que se han adquirido o los logros que se han alcanzado en los puestos anteriores. Este es el modelo de currículo que se ve cada vez más, el currículo “funcional por áreas”. Pero como hemos indicado más arriba, la utilización de uno u otro tipo dependerá más de nuestra trayectoria y de nuestro perfil que de las preferencias que tengamos; hay que elegir el que mejor se adapte a nuestra situación.
El Currículo funcional por áreas se adapta a lo comentado en relación a priorizar la parte de la experiencia profesional adquirida que mejor se adapte al puesto que deseamos lograr; lo importante no es que el último trabajo que se ha desempeñado figure en primer lugar, si no que tendríamos que indicar primero el empleo relacionado con el puesto, aunque se haya llevado a cabo hace años