La Entrevista

A UN PASO DEL PUESTO: LA ENTREVISTA PERSONAL

Antes de la entrevista, el trabajo que hemos hecho ha sido sentados delante del ordenador, redactando nuestro currículo, buscando ofertas de empleo, introduciendo nuestro perfil en la red. Pero ahora llega el momento de enfrentarse a una persona de carne y hueso, a la realidad de un seleccionador que valorará si eres la persona adecuada para el puesto o no; este es el momento clave que va a determinar la contratación.

Hay algunos puntos clave que aunque puedan parecer obvios vamos a recordarlos porque fallar en uno de ellos podría significar cerrarnos definitivamente las puertas a una posible contratación. El primero de ellos es el aspecto físico; debes adecuar tu imagen a lo que se espera de ti, para proporcionar una buena impresión al entrevistador, que puede llegar a saber mucho de tu psicología simplemente por tu vestimenta.

  Entrevista Personal

Sé previsor, una mancha a última hora puede arruinar la entrevista, evita situaciones de riesgo en los momentos previos a la misma. Se suele apostar por una imagen clásica, con colores neutros como negro, gris, blanco o azul marino, con el fin de transmitir una imagen profesional sin llamar demasiado la atención; pero esto no significa que tengas que renunciar a tu estilo, pero con la moderación como premisa. Busca igualmente la comodidad, con tejidos suaves o de algodón que permitan respirar a tu piel, pues es posible que tengas que recorrer una distancia larga para llegar al lugar de la entrevista, esperar un tiempo para que empiece o que la propia entrevista se alargue, y esto supone una presión que la ropa puede empeorar si hace que te sientas incómodo.

Otro punto importante es la puntualidad; llegar tarde en el primer contacto es el peor comienzo. Planifica bien la cita, localiza el lugar y calcula el tiempo que te llevará desplazarte y el medio que utilizarás para hacerlo con suficiente antelación, y sal de casa con un tiempo de margen por los imprevistos que puedan surgir en el camino.

Infórmate sobre la empresa antes de acudir a la entrevista; actividad que desarrolla, su evolución en el mercado, sus productos, su posición en el sector, sus competidores… Hay que dar la sensación de que conoces realmente bien la empresa y que la consideras un gran lugar para trabajar.

A la entrevista hay que acudir con optimismo y actitud positiva. Tienes que tener en cuenta que el que estés allí significa que están realmente interesados en ti, pues el seleccionador ha considerado únicamente los mejores perfiles y ya ha descartado previamente a muchos otros candidatos por su currículo.

Aunque el seleccionador ya dispondrá de él, no olvides llevar una copia de tu currículo. Con él en la mano podrás ampliar información que sirva de apoyo a lo que en él incluiste. Lleva preparados cuáles son tus puntos fuertes y tus mayores capacidades y aptitudes para incidir en ellas a lo largo de la entrevista; piensa que la empresa busca a una persona con conocimientos, pero sobre todo con aptitudes. Conocerlas es el objetivo del seleccionador, pues al contrario que los conocimientos éstas no se encuentran en el currículo. Podemos decir que las más importantes son la madurez, la coherencia, la empatía, la habilidad social, la responsabilidad, la capacidad de adaptación y de trabajo en equipo, el optimismo, la capacidad de identificación con el proyecto de la empresa. Deja que el currículo muestre tu experiencia y tus conocimientos, y que el entrevistador descubra en ti al perfil que está buscando; si conseguimos que encuentre todas estas aptitudes en nosotros conseguiremos el puesto.